Rehabilitación de adictos y los roles familiares.
Es muy interesante observar como cambia la dinámica familiar una vez que el ser querido (atrapado en la adicción) comienza un tratamiento de rehabilitación y se mantiene sobrio. Nunca dejo de asombrarme como la estabilidad y ecuanimidad que adquiere el paciente a través del tratamiento a menudo aumenta la ansiedad que siente la familia.
Esto sucede cuando el paciente ha completado el período de desintoxicación y comienza a mostrar signos de mejora personal. Los familiares: (padres, hermanos, pareja, Etc.) Se comunican con el staff terapéutico en un estado de ansiedad cada vez mayor. Esto se debe por supuesto a que la dinámica familiar está cambiando, lo que es aterrador para un sistema disfuncional instalado con el tiempo (que tiende a rechazar el cambio).
El problema se presenta cuando el paciente reingresa al sistema familiar. La familia no se acostumbra a esta nueva persona, que finalmente es la persona real que se oculta detrás de las drogas y el alcohol. ¿Quién es esta persona? Muchas veces no entienden su seriedad si anteriormente era el “payaso” de la familia, o su ecuanimidad cuando antes todo era motivo de “conflicto” por poner algunos ejemplos. Inclusive amigos y compañeros de trabajo o estudios se hacen estas mismas preguntas.
Lo que sucede para todas estas personas es que ya no tienen un motivo de distracción o preocupación hacia donde proyectar su interés, lo que crea un vacío que inevitablemente es llenado con los problemas que tiene cada persona que interactúa con el adicto en recuperación.
Es en este momento que el adicto en rehabilitación (sobre todo en el estado inicial de recuperación) puede llegar a sentir culpa, vergüenza o autocriticarse, magnificados estos estados emocionales por la dinámica familiar disfuncional, que puede apoyar mucho la rehabilitación, pero no están seguros como manejarla. Esto puede llevar al adicto en recuperación a sentir que el es el causante de la ansiedad que sienten los demás, cuando en realidad esta siempre estuvo presente de manera enmascarada.
Esto refuerza que la adicción es una “enfermedad familiar”, en la que cada persona debe analizar y asumir sus responsabilidades sin “pasarle la pelota” (culpar o avergonzar) al adicto en recuperación. Cada persona involucrada sentirá que es un proceso que al comienzo los hará sentirse muy incómodos.
Pero estar mejor implica sentirse mejor, por lo menos al principio no va a ser así. Con tiempo y paciencia y el soporte terapéutico que se debe brindar a los familiares todos saldrán adelante.
Ronny Schmatz Wolff
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