“Me da igual”: ¿En realidad?
Esta se ha vuelto una respuesta predeterminada para muchas personas ante diferente tipo de preguntas. Se trate de que comer, que programa de televisión ver, o a donde ir a pasear, por ejemplo, puede interpretarse como no responder en realidad. En muchos casos “me da igual” puede transmitir un mensaje como: no tengo una opinión al respecto y el consecuente decide tú.
Me da igual, también puede significar “no tengo interés en la pregunta, no me importa en realidad”, puede ser una respuesta genuina, si me preguntaran que opino del triunfo del tal equipo en el partido de futbol del fin de semana, y el futbol no me interesa puedo contestar “me da igual” o “no me interesa” o alguna variación de este tipo de frase.
Sin embargo es preocupante la amplitud de áreas en las que esta respuesta es emitida. Cuando a las personas realmente “les da igual” lo que sucede en varios aspectos, puede ser un síntoma de apatía e insensibilidad que conducen a la indiferencia.
La apatía puede ser considerada como falta de interés en alcanzar ciertas metas o realizar ciertas tareas. Alguien que demuestra apatía puede ser considerado ocioso o desinteresado en algunos aspectos, mientras que en otros demuestra interés y dedicación.
La apatía puede limitarse a ciertas áreas de nuestras vidas, pero puede terminar infiltrándose en casi todas, de puntillas, pasando desapercibida. En un momento determinado podemos darnos cuenta que de alguna manera, sin ser conscientes, gran parte de las cosas que suceden a nuestro alrededor, incluyendo las relaciones interpersonales no nos interesan, es más, viene como una sorpresa, no sabemos cómo llegamos a ese estado.
Cuando llegamos a este estado podemos sentir una especie de insensibilidad y hasta indiferencia hacia nosotros mismos. Dejan de motivarnos cosas que antes nos causaban entusiasmo y en realidad no tenemos ni las ganas de saber porqué, cómo y cuando esto sucedió.
Es imperativo para nosotros mismos saber cuando comenzamos a sentir apatía ante las cosas en general: trabajo o estudios, relación de pareja, relaciones familiares o sociales. Al poder identificar la sensación podemos hacer un análisis desapasionado, sin auto calificación de ningún tipo.
Este sería un buen comienzo para poder combatir la apatía e indiferencia activamente y comenzar a retomar nuestro interés en las áreas importantes que estamos dejando de lado y que de alguna manera nos perjudican en nuestro entorno en general y en nuestra propia autovaloración.
Ronny Schmatz Wolff
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