Lenguaje corporal: Estúdialo es una herramienta útil de la comunicación.

A pesar de las series que vemos en televisión,  Lie to me (Miénteme) de Fox, por ejemplo, no se puede determinar acertadamente en un porcentaje significativo (+/- el 7%) el resultado de contrastar la lectura del lenguaje no verbal con los hechos, o la evidencia física, y es por este motivo que el DETECTOR DE MENTIRAS NO ES ADMISIBLE COMO MEDIO PROBATORIO EN LOS JUZGADOS a menos de mejor parecer.  

En todo caso este y otros recursos que la ciencia y la tecnología nos provean nos pueden (por el momento) servir de ayuda para interpretar  de manera acertada lo que nuestro interlocutor siente y está tratando de comunicarnos (aunque este “mensaje” no sea trasmitido conscientemente).

Las palabras clave aquí son: “Interpretar acertadamente.” ¿Por qué? Porque estamos constantemente interpretando signos y mensajes que el medio ambiente (es decir todo lo que no sea “yo”)  nos lanza en constante bombardeo.

Al proponer “Interpretar adecuadamente” como condición primordial estamos poniendo un freno a las especulaciones o pensamientos sin asidero sólido, con los cuales tratamos de interpretar lo que el otro trata de comunicarnos, ojo, que no uso la palabra “dice” porque hasta la palabra más precisa puede ser mal interpretada si no tenemos en cuenta el contexto en que fue utilizada.

Como seres humanos estamos aquí desde hace miles de años, para que nuestra supervivencia como especie fuera exitosa necesitábamos una manera de comunicarnos que fuera efectiva. Sin embargo el lenguaje, como tal, no apareció hasta el final de nuestra evolución. Entonces, ¿Como hicimos? Nos comunicábamos a través de sonidos (ojo que los gruñidos no califican como palabras), expresiones faciales o corporales, que pudieran transmitir efectivamente a los demás lo que sentíamos.

Si tomamos como ejemplo al miedo como emoción que produce una reacción, pueden ser pupilas dilatadas, o un súbito sudor frío, o un chillido, o la expresión de arquear las cejas de manera desmesurada y que los ojos salten de nuestras órbitas…….El saber interpretar de manera acertada esta emoción era básico para nuestra supervivencia como especie.

Si seguimos con el miedo como emoción que comunica algún mensaje  estas reacciones corporales primordiales no son reacciones que se producen después de un análisis lógico como resultado de una “cadena de pensamientos”. Son una reacción instintiva, primigenia, que se da a nivel de nuestro sistema límbico, es decir el cerebelo, la hipófisis  y la amígdala, como parte de nuestro cerebro animal  y son comunicadas a través de la química cerebral de manera inmediata y efectiva, para que estemos reaccionando sin pensar, es decir, una reacción instintiva. Sin embargo, después de un análisis más acertado puede ser que aparezca otra emoción, así como quien no quiere y “emita” otro mensaje distinto al que emitimos en primer lugar,   y puede ser que aparezca el miedo disimulado…. ¿De qué? …de intolerancia o disgusto por ejemplo.

Lo que sucede es que al aparecer el lenguaje e ir avanzando en nuestra evolución, encontramos que éste era más efectivo para comunicar una gran cantidad de información así como los conceptos o ideas (abstracciones). Es a partir de este momento en el cual nos apoyamos más en una manera de comunicación, que en la otra, que le dedicamos más tiempo a esta manera de comunicación.

No por ese motivo el lenguaje corporal deja de existir, sigue ahí y es una manera útil de recibir información acerca de lo que nuestro interlocutor siente, y es esa manera en la cual recibimos un mensaje más real y especifico de las reacciones que provocamos en nuestro interlocutor.

Ronny Schmatz Wolff

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